domingo, 5 de agosto de 2012

De la risa a la vergüenza, errores/horrores de traducción

Les dejo un interesante e hilarante artículo de Teresa Bausili para el diario lanacion.com sobre los errores y horrores de traducción. Imagino que con este artículo, algunos pasaron de la risa, recordando errores de la época estudiantil, a la vergüenza, recordando algún error cometido en época laboral. De todos modos, creo que de los errores y horrores se aprende; nadie es perfecto.


De la risa a la vergüenza, errores/horrores de traducción

Qué lástima que no guardé una copia de aquella traducción. Fue en un local de alquiler de autos en Salta, hace dos años, y la versión en inglés del reglamento era desopilante de tantos errores en que incurría (por ejemplo, había traducido accidente como huracán, de modo que la frase en inglés rezaba algo así como cuando lo agarre un huracán en la ruta...). Más desopilante fue oír la respuesta del empleado cuando me ofrecí a redactar una nueva versión del documento. "Esto lo escribió una persona con sólidos conocimientos en inglés", me aseguró.

Está claro que, salvo excepciones, ningún establecimiento está obligado a traducir nada. Pero si se opta por hacerlo, lo mejor es no delegar el trabajo al traductor automático de la computadora, ni al sobrino de la amiga de la prima que está estudiando inglés (o el idioma que fuere).
Mucho se ha avanzado desde que Braniff Airlines aconsejaba a los viajeros con destino a América latina a viajar desnudos en sus cómodos asientos de cuero (el slogan Fly in Leather derivó en Viaje en cuero ). O desde que Parker introdujo en México una lapicera cuyo aviso debía ser la traducción de It won't leak in your pocket and embarrass you No perderá en tu bolsillo ni te avergonzará ), pero que increíblemente salió como No perderá en tu bolsillo ni te embarazará.
Pero sin ánimo de ahondar en las metidas de pata del marketing empresario, son incontables los ejemplos de malas traducciones con las que uno se topa a diario en menús de restaurantes, recepciones de hoteles, folletos turísticos, negocios, carteles, etcétera, de Buenos Aires a Wellington o Pekín.
Hace poco, en un restaurante de la city porteña (bastante conocido por cierto, y encima con nombre ¡en inglés!) encontré en el menú frases como Spaghetti I am used orientally (algo parecido a Spaghetti estoy acostumbrado orientalmente ), en alusión a Spaghetti estilo oriental, o Buckets of veal and you eat rustic ( Baldes de ternera y usted come rústico ) para referirse a Cubos de ternera con papas rústicas.
Es cierto que muchas veces estos disparates son fuente de una buena risotada -y quién no ha incurrido en barbaridades tratando de chapucear en otra lengua-, pero tampoco dejan de producir cierta pizca de vergüenza ajena.
Una de mis (malas) traducciones favoritas es la que rescató el escritor y traductor norteamericano Brian Steel, de una función a la que asistió en nuestro país (no especifica en qué teatro). Dice así:
"La orquesta ejecutó el Good sabe the Queen, coreado por la concurrencia, lo mismo que el Forisa folley good fillow For he's a jolly good fellow )".
Más que traducción, fonética en su peor versión.

Publicado por Teresa Bausili para lanacion.com

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